Hemorragía: Es la salida de la sangre de los vasos que la contienen debido a una ruptura parcial o total de ellos en cualquier parte de su recorrido. Dicha salida puede ser desde abundante a leve y de acuerdo con sus características es posible saber sí el vaso roto corresponde a una arteria, una vena o un capilar.
Hemorragía Arterial: Puede ser grave si el vaso dañado es importante (Ejemplo: gran vaso distribuidor: AORTA) la misma se caracteriza porque la sangre es de color rojo intenso, rutilante, sale a borbotones, como si fuera un surtidor, en gran cantidad, con impulsos rítmicos que, coinciden con el latido del corazón. Si esto ocurre en arterias de gran calibre como la humeral o la femoral puede ser rápidamente desangrante y por lo tanto mortal. Su tratamiento es muy complicado.
Tratamiento: Compresión directa (sobre la zona afectada), y compresión indirecta (en la articulación próxima más cercana al corazón).
Hemorragía Venosa: La sangre presenta un color más oscuro, tipo vinoso. Sale en forma continua y no con el rítmo cardíaco, para tratarlas no presenta inconvenientes, cede con facilidad a la compresión.
Tratamiento: Compresión directa y, Compresión directa-indirecta.
Hemorragía capilar: Siempre es leve y se detiene sola (A menos que la persona sufra de enfermedades cardíacas y por su medicación esto no se cumpla). Nunca son tan importantes y se suelen ver en raspones superficiales de la piel. Pueden presentar complicaciones con las infecciones.
Tratamiento: Desinfectar, y tapar.
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